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03 octubre 2006

ALERGIAS ALIMENTARIAS

Las alergias alimentarias, consisten en una reacción anormal del cuerpo ante ciertos alimentos. El sistema inmune reacciona ante un alergeno desencadenando varias reacciones, entre ellas, la producción de anticuerpos, que son los encargados de “atacar” al alergeno y secretar una serie de sustancias, como histamina, serotonina y cinina, las cuales producen los síntomas gastrointestinales, cutáneos, problemas respiratorios, algunos muy graves que pueden desencadenar en muerte.

Se dice que antes de tener una reacción alérgica a un alimento, el niño debe haber estado expuesto a ese alimento una vez, ya que la reacción se produce la segunda vez que el niño lo come. Pero también pudo estar expuesto al alimento a través de la leche materna.

Los huevos, la leche de vaca, los frutos secos, el pescado y marisco, la soja y el trigo son los responsables de la mayoría de alergias alimentarias. Aunque la muchos niños las superan con la edad, hay algunas alergias como a los frutos secos, marisco….de las que es difícil despojarse. Las reacciones a estos alimentos pueden darse inmediatamente tras haberlos comido o después de haber transcurrido una hora. Los síntomas que pueden ocasionar son como ya he mencionado son:

Gastrointestinales: dolor abdominal, nauseas, vómitos, diarrea, etc…
Cutáneos: se aprecia enrojecimiento de la piel, ronchas, picor….
Respiratorios: pueden ser leves como moqueo, estornudos, congestión nasal, tos o más graves con inflamación de la garganta, asma…. Ante unos síntomas graves con dificultades para respirar, perdida de conocimiento, hinchazón severa de la lengua deberá suministrarse Adrenalina (existe un formato muy practico para pincharla, que consiste en quitar el tapón gris y presionar sobre la cara externa del muslo durante 10 segundos). La adrenalina se administra únicamente ante los síntomas graves descritos, ya que por su gravedad pueden suponer riesgo vital. Una vez suministrada la adrenalina se debe acudir urgentemente al centro sanitario más próximo para valoración médica. Si a pesar de suministrar la adrenalina los síntomas no cesaran y estamos alejados de un centro sanitario se puede repetir una segunda dosis al cabo de 15 minutos.
En el tema de las alergias alimentarias es imprescindible que la persona que esté a cargo del niño (padres, abuelos, cuidadores ajenos) sepa lo que tiene entre manos, ya que ante una reacción grave, la rapidez en la actuación es lo que salvará la vida del niño. Todas las personas que estén a su cargo deben saber administrar la adrenalina y responsabilizarse de hacerlo. En ocasiones cuando el niño va al colegio o guarderías los maestros o cuidadores son reacios a estas actuaciones, sin embargo deben tener claro que de la misma manera que evitan que el niño se tire por la ventana sabrán actuar en este caso y siempre tendrán la adrenalina en el botiquín para utilizarla antes de llamar a los padres. Si esperan, quizás sea demasiado tarde.

Para detectar si tu hijo tiene verdaderamente una alergia alimentaria debes acudir a un alergólogo el cual le realizará alguna de las siguientes pruebas:


Pruebas cutáneas: En donde se aplica una gota de antígeno sobre la piel para ver la reacción
Prueba radioalergosorbente (RAST): Se mezcla la sangre del paciente con el alérgeno y se utiliza un antígeno marcado radioactivamente.
Ensayo Inmunosorbente ligado a enzima (ELISA): Es lo mismo que el RAST pero sin el alérgeno marcado.


Después de saber, que es lo que está causando la alergia se debe omitir totalmente al alérgeno de la alimentación. Esto que en principio parece muy fácil, en la práctica es un poco más complicado, ya que existen muchos alimentos que contienen el alérgeno en su elaboración pero no lo dice en la etiqueta, o se presenta con otro nombre. Por ejemplo, en la alergia al huevo no sólo debe evitarse comer huevo y productos cocinados con huevos (salsa bernesa, salsa tártara, mayonesa, salsas cremosas para ensaladas, albóndigas, cereales de desayuno, harina para pasteles, bizcochos, natillas, tostadas francesas, helados, bebidas malteadas, malvaviscos, merengues, bollos, tortillas, pudines, suflés, sopas de sobre, macarrones, espaguetis y otro tipo de pastas y vinos si han sido aclarados con clara de huevo entre otros) sino que se debe estar pendiente que en las etiquetas de los productos envasados no vengan: Albúmina, coagulante, emulsificante, globulina, lecitina, livetina, lisozima, ovoalbúmina, ovomucina, ovomucoide, ovovitelina, vitelina.
Con el resto de las alergias ocurre igual se debe omitir el alérgeno y los alimentos que los contengan. Además existen infinidad de alimentos que pese a no tener por qué contener un producto contienen trazas del mismo. Con lo que tampoco se pueden consumir.
En el caso de la alergia a los frutos secos además de las trazas se debe evitar también las grasas vegetales, si no se especifica el tipo de grasa vegetal que usan ya que ésta puede ser aceite de almendras, avellanas etc…

El problema principal que sufren padres y niños alérgicos radica en que el etiquetado no es claro, muchas veces no pone exactamente lo que ese producto contiene ni se especifican las trazas. Que la ley obligue a etiquetar completamente los productos es vital para el colectivo alérgico que en España se cifra entorno al 7%.

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