Google

13 septiembre 2006

EL PARTO

Si has llegado hasta aquí como debe ser, bien preparada. El parto será simplemente la culminación de todo el proceso. Cuento el mío por si a alguien le sirve. Pese a que suelo oír que cada parto es un mundo, los casos que he contrastado (en aquellas mujeres que se tomaron en serio esto de “Dar a luz”) son bastante parecidos al mío.

Las contracciones son dolor, y además un dolor difícil de explicar, es intenso y te llega desde muy dentro. Mi sensación fue la siguiente: notaba moverse a mi bebé e inmediatamente después me venía una contracción. Gracias a las técnicas explicadas en los capítulos anteriores conseguí controlarme, (yo, que lloro por una ¡gripe!) de hecho, creo que me dieron tanta seguridad en mi misma que por eso todo fue relativamente rápido.

Rompí aguas a tres y media de la tarde, 20 días antes de tiempo. Me puse bastante nerviosa, mi marido estaba de viaje y no quería avisar ni a mis padres ni a mis suegros porque desde el principio sabía que necesitaba estar muy tranquila para que todo fuera bien y ellos suelen producirme el efecto contrario. Así que pedí un taxi y me fui al hospital. En el hospital me examinaron y decidieron subirme a planta ya que no estaba nada dilatada. Me explicaron que si en ocho horas no estaba dilatando, me pondrían antibiótico y a las doce horas más o menos me provocarían el parto.

A las seis de la tarde empecé a sentir las primeras contracciones y empecé con la respiración cronómetro en mano, para controlar cuanto duraban y cada cuanto las tenía.
Gracias a ser primeriza, el personal sanitario me abandonó (para mi gran suerte) y pude pasear y sobre todo sentarme que resultó que era mi posición preferida. De esta forma al cabo de un rato (quizás dos horas) una enfermera pasó por allí y viéndome respirar empezó ella misma a controlarme las contracciones. Le parecieron muy seguidas así que me bajaron al paritorio para “enchufarme” al monitor.
Todo bien, no había sufrimiento fetal y si, la matrona coincidía con la enfermera en que “eran seguiditas y de buena duración”. Todo bien, excepto yo, claro, que tumbada y enchufada a aquella máquina pensé que me iba a desmayar por el dolor. Una vez me dejaron levantarme pude seguir igual de centrada y controlada.
Un ginecólogo apareció por allí y tras ver que ya estaba dilatada de 8 centímetros (no podían explicárselo, yo si) me permitieron ducharme, algo que ya había pedido (necesitaba relajarme SOLA y una ducha de agua caliente me vendría bien, antes de hacer el último esfuerzo).

Pasé al paritorio y llegó la llamada fase del expulsivo:
El potro, de él ya se ha hablado muchísimo. Para mí, su principal utilidad (aparte de las cien mil veces mencionadas: para que los médicos estén cómodos, posición de poder ante la mujer…….) son los DESGARROS VAGINALES.
Las leyes de la física no tienen discusión (por lo menos las aceptadas mundialmente). Por mucho que nos matemos a hacer Kegel, si una mujer, empuja con una fuerza x y su hijo pesa y, teniendo en cuenta que debido a la posición del potro, el canal por el que sale el bebé tiene curva hacia arriba y ese canal, de momento que yo sepa, no está reforzado de acero o material similar, el peso de la criatura va a producir desgarros vaginales en mayor o menor medida. NO conozco a ninguna mujer que haya salido del potro sin puntos, me incluyo, bien por el bisturí bien por su hijo.
Lo peor de esta fase, además del potro, es seguir concentrada, respirar para controlar el dolor y al instante respirar para hacer el pujo como se debe hacer. Si tienes una buena matrona que te ayude estás salvada, después de las clases la teoría la sabes, únicamente necesitas que alguien te guíe. Si no….no sé, intenta concentrarte y en lugar de en tres empujones con matrona competente tu hijo saldrá en seis con la incompetente.

Y así fue mi parto, mi hijo llegó al mundo a las diez y media de la noche, llorando a pleno pulmón, con 9 en Apgar y 10 a los 5 minutos.
Sobre las costuras solo diré, que si los ginecólogos en partos normales únicamente están para ver como trabaja la matrona y hacer corte confección, por lo menos, que aprendan a hacerlo bien, porque “ejemm” sin anestesia, se notan las puntadas.

Etiquetas: